jueves, 6 de diciembre de 2012

Factores de Conducta delictiva en los adolescentes



CONDUCTA DELICTIVA EN ADOLESCENTES

2.1.1 Conducta Delictiva. Concepto

Es el comportamiento o infracciones las normas jurídicas, el Estado, los bienes materiales y las personas. Es una violación a las normas establecidas, o sea ley, que puede hacerse de forma voluntaria e involuntaria, aunque en la mayoría de los casos, las personas saben lo que están haciendo, de lo contrario no se proveyeran de armas para defenderse, en caso de ser sorprendido en acción. Cualquier acto cometido en contra de propiedad ajena, está considerada como conducta delictiva.

Son actos en contra de la ley, tipificados por la ley y merecedores de castigo por la sociedad, en diferentes grados. Cualquier acto cometido que vaya en contra de lo que establece la ley, está categorizado como conducta delictiva. Las personas que lo comete tienen una conducta delictiva y está en contra de la ley, pudiendo ser perseguido o castigada por la misma.

Se puede definir también como “una conducta por parte de una o varias personas que no coinciden con las requeridas en una sociedad determinada, que atentas contra las leyes de dicha sociedad. Debido a ello, la delincuencia puede diferir según el código penal de cada país. Generalmente, se considera delincuente a quien comete un delito en reiteradas ocasiones, llegando a ser considerado también, como un antisocial, recalcando el hecho que este tipo de acciones atentan contra el normal funcionamiento de nuestra sociedad, poniendo en peligros de diferente naturaleza a sus miembros.

Es las conductas rechazadas por la sociedad denominada también conductas antisociales el que comete un único delito. No es considerado delincuente si no aquel que los comete de forma reiterada y que es considerado antisocial por la sociedad. Entonces, es la conducta delictiva, es aquella actuación, que es rechazada por la sociedad.

Sin duda la conducta delictiva es uno de los temas que más preocupa a la sociedad actual, debido principalmente al aumento del número de delincuentes y a que cada vez sean más los adolescentes que cometen delitos. La delincuencia más común es la llamada delincuencia adolescente, que normalmente es cometida por una persona o un grupo de personas de esta edad. Los delitos cometidos pueden ser de carácter menor o también llegar a ser graves y clasificados, pero no son de grandes proporciones, es decir, no son cometidas por grupos organizados ni planeadas para afectar en gran manera a la sociedad. Se incluyen aquí delitos como asaltos, Carter ismos, robos, fraudes, violaciones, vandalismo, grafitis y pinturas en muros y monumentos, entre otros.

Pueden los adolescentes con conducta delictiva pueden cometer delitos de la delincuencia menor pero por ser ejecutada por grupos organizados, a los distintos delitos se les llama industria. Así, se podría hablar de industria del robo, industria del secuestro. Además de estar aumentando la delincuencia, cada vez es más violenta. Anteriormente era más común que el delincuente usara la fuerza sólo en caso de necesidad, pero hoy, la mayoría primero agrede y luego comete el delito, como en el caso de los robos con violencia y a mano armada. Lo que más preocupa es que los menores se están volviendo los protagonistas. En todo Latinoamérica la edad promedio del primer delito ha pasado de los 17 años a los 13 años. En Estados Unidos, 1 de cada 9 adolescentes son llevados a tribunales. Otro caso en ascenso es el delito cometido por mujeres.


2.2 Adolescencia.
La adolescencia como un periodo en el desarrollo biologico, psicológico, sexual y social inmediatamente posterior a la niñez y que comienza con la pubertad. Su rango de duración varía según las diferentes fuentes y opiniones médicas, científicas y psicológicas, pero generalmente se enmarca su inicio entre los 10 a 12 años, y su finalización a los 17 años. La adolescencia es esencialmente una época de cambios. Es la etapa que marca el proceso de transformación del niño en adultos, es un período de transición que tiene características peculiares. En esta etapa, sus protagonistas son jóvenes que aún no son adultos pero que ya no son niños.

Es una etapa de descubrimiento de la propia identidad psicologica, sexual, así como de la de autonomia individual. En el aspecto emocional, la llegada de la adolescencia significa la abertura de la capacidad afectiva para sentir y desarrollar emocines que se identifican o tiene relación con el el amor. El adolescente puede hacer uso de su autonomia y comenzar a elegir a sus amigos y a las personas que va a querer. Hasta entonces no ha escogido a sus seres queridos. Al nacer conoció a sus padres y tal vez a algunos hermanos y el resto de sus familiares.

2.2.1 Características de la Adolescencia.

La adolescencia se caracteriza por el crecimiento físico y desarrollo psicológico, y es la fase del desarrollo humano situada entre la infancia y la edad adulta. Esta transición es tanto física como psicológica por lo que debe considerarse un fenómeno biológico, cultural y social. Muchas culturas difieren respecto a cuál es la edad en la que las personas llegan a ser adultas. Aunque no existe un consenso sobre la edad en la que termina la adolescencia. Erick Erickson considera que la adolescencia abarca desde los doce o trece años hasta los veinte o veintiún años. Este período de los 13 a los 17 años es la búsqueda de la identidad, define al individuo para toda su vida adulta quedando plenamente consolidada la personalidad a partir de los 21 años. 


2.2.2 Adolescencia y Delincuencia.

Las actividades ilegales que desarrollan jóvenes, cuya conducta no discurre por unas causas sociales aceptadas ni sigue las mismas pautas de integración que la mayoría, no surgen repetidamente, sino que forman parte de un proceso gradual de socialización desviada que poco a poco se va agravando. Este proceso se manifiesta más agudamente en la adolescencia, cuando el adolescente está más capacitado para realizar acciones por cuenta propia. Entre estos no se puede considerar la existencia de un solo tipo de delincuente, ya que se observan entre ellos diferentes modos de comportamiento y actos de distinta gravedad. En algunos individuos de esta edad, la delincuencia es algo transitoria, utilizado para llamar la atención a falta de autodominio, mientras que para otros se convierte en norma de vida. Cuanto más joven sea el delincuente, más probabilidades, hay de que reincida, y los reincidentes, a su vez son quienes tienen más probabilidades de convertirse en delincuentes adultos.

Es importante resaltar el aumento experimentado por la delincuencia juvenil en los últimos años. Unas de las razones por las que la delincuencia alcanza su máxima frecuencia entre la adolescencia media y la final es que, en esta época, muchos jóvenes son capaces de adaptarse por sí mismos, sin el auxilio de padres o tutores. Aunque la delincuencia continúa ligada a la miseria, su práctica se ha extendido últimamente a los grupos socioeconómicos medios y altos. Entre las nuevas delincuencia juvenil, estudiadas actualmente en diversas zonas del País, cabe distinguir los casos que son producto de la aparición de nuevas oportunidades de delincuencia, no difieren en lo esencial de las formas tradicionales.

2.2.3 Tipos de Actos Delictivos Cometido por los Adolescentes

En la actualidad, los actos delictivos cometido por los adolescentes es una de las noticias que se comentan en las calles. Es común oír en los medios que comentan noticias, como los adolescentes en edad de 13 a 17 años se involucran de manera permanente y activa en actos delictivos. Es una situación deprimente para la familia enterarse que uno de sus miembros está en actividades que deshonra a toda la generación.
Son diversos los tipos de actos delictivos que cometen los adolescentes en edad de 13 y 17 años. Muchos alegan que son manejados o asesorados por personas mayores, ya que como son menores, el Código del Menor en República Dominicana, contempla una pena más baja que si fueran adultos. Y esto tiene tanta veracidad, que se puede notar, que la pena máxima para un menor sólo alcanza los 15 años de cárcel, mientras que en el adulto alcanza 30 años. La mayoría de los adolescentes violentos no son sentenciados a esa pena.

Son muchos los actos violentos que cometen los jóvenes en edad de 13 y 17 año, y entre los más comunes resalta:

·         Violencia Física: Es ocasionar dolor y daño físico, corporal. Es cometida como forma de venganza, por algún evento que tuvieran y que algo quedara pendiente, sea porque alguno de los jóvenes anduviera solo o porque no pudo  completar la tarea, quedando pendiente para un próximo encuentro.

·         Violencia Económica: Es lo mismo que robo. El delincuente sustrae por la fuerza algo que no le corresponde.

·         Violencia Religiosa: Es perjudicar a otros en razón del credo que profesa o porque no lo hace. Estos casos han ido creciendo en países radicales, donde ciertos grupos religiosos tienen el dominio de la población creyente.

·         Violencia Sexual: Es perjudicar a otros en razón del sexo. Es tomar a una persona por la fuerza o de forma involuntaria y practicarle sexo.

La violencia sexual tiene un alto porcentaje en la población juvenil menores de18 años, debido a la etapa de la adolescencia que están viviendo. Esto indica que es común que jóvenes en esta edad timen o intenten tomar por la fuerza a persona del sexo opuesto.

·         Homicidio.  El homicidio en la población de 13 a 17 años de edad es la segunda causa de muerte en Latinoamérica. Los factores de riesgo asociados con violencia y homicidio juvenil son similares, no pudiendo escapar República Dominicana a este fenómeno.

·         Tránsito. Es uno de los más comunes, sobretodo en Latinoamérica, donde las personas tienen poca costumbre del respeto a las leyes de tránsito. Los “jevitos” trabajan duro o hacen malabares para comprar su passola.

·         Suicidio. los jóvenes en edad de 13 a 18 años, pasan por una serie de situaciones propia de su etapa. Cuando se habla de suicidio en esta edad, hay que ubicarse y mencionar los diferentes factores por lo que un joven decide que cometer tal acto.

·         Porte de Arma. Es muy común en los adolescentes en edad de 13 a 17 años, debido a que esto representa para ellos seguridad. Lo hacen de todas formas hasta llegar a portar armas ilegales.

·         Robo. Es un tipo de acto que se  perpetra contra el patrimonio de un individuo, grupo, organismo, entre otros.

·         Riñas. La participación en riñas, la intimidación y portar armas son importantes comportamientos de riesgo de violencia juvenil.
·         Secuestro. Involucrar a los jóvenes adolescentes en actos de secuestro, es una manera de pintarle que tendrán el mundo a sus pies, con dinero y todo lo que desean.

·         Drogadicción.  La drogadicción es considerada enfermedad, debido a que cuando el individuo, que consume las drogas, ha involucrado su psique, es incapaz de controlar sus instintos y deseo de usarla.

·         Violaciones. Se refiere a las violaciones por parte de los adolescentes, cuando se dan el manoseo, actos obscenos o lascivos a un/a niño/a de menos de 18 años,  coito oral, sodomía, penetración o introducción de objetos extraños en el ano o genitales, violación, incesto y explotación sexual.

·         Atracos. Es un tipo de acto caracterizado por violencia contra las personas, generalmente con fines de apoderamiento ilegítimo.



2.3 Conducta Delictiva y Familia.

Desde la familia se pueden dar dos situaciones: por un lado, puede ser fuente de bienestar, satisfacción y aprendizaje para todos sus integrantes, pero por otro, también puede constituir un factor de riesgo que predisponga al desarrollo de problemas de desajuste en sus miembros. Un ambiente familiar positivo, caracterizado por la comunicación abierta y por la presencia de afecto y apoyo entre padres e hijos es uno de los más importantes garantes de bienestar psicosocial en la adolescencia, mientras que un ambiente familiar negativo con frecuentes conflictos y tensiones, dificulta el buen desarrollo de los hijos y aumenta la probabilidad de que surjan problemas de disciplina y conducta
                  
·         La Familia en la Adolescencia.
La importancia de la familia es indiscutible, puesto que se trata del grupo social en el que la mayoría de las personas inician su desarrollo, permanecen durante largo tiempo y Conforman un entramado de relaciones y significados que les acompañarán a lo largo de toda la vida. Además, esta relevancia de la familia permanece vigente en todos los momentos vitales de la persona, desde la niñez hasta la vejez, y la adolescencia no constituye una excepción. Así, el grado de apoyo, de afecto y de comunicación que el adolescente percibe en este contexto es un elemento que contribuye de modo significativo a su bienestar psicosocial, así como al del resto de sus integrantes.

Aunque el adolescente incorpora nuevas relaciones en su red social como las amistades y otros adultos significativos, la familia sigue constituyendo el eje central que organiza la vida de éstos y continúa ofreciendo experiencias concretas de desarrollo que influyen en las interacciones que los adolescentes establecen en otros contextos, como la escuela o la comunidad más amplia. En este sentido, la familia tiene todavía el rol primordial de transmitir a sus hijos una serie de creencias, valores y normas que les ayudarán a convivir en la sociedad de la que forman parte, lo que se conoce como socialización.

2.4 Características de las familias de Los Adolescentes Con Conducta Delictiva

Estévez, R. (2003), plantea que “dentro de la familia, existen factores que provocan y alimentan el adolescentes la conducta violenta. Los diferentes estilos de crianza, será determinante en la formación del tipo de conducta que tendrá el sujeto.es por eso, que los analistas de la situación, culpan a la familia, porque dicen que estos vienen de un sistema familiar, que se considera la primera escuela para ellos.

La familia de los adolescentes con conducta delictiva se caracteriza por:
·         El estilo de crianza.
·         Comunicación en la dinámica
·         Nivel académico de los padres
·         Familia desintegrada
·         Padres con comportamiento social inadecuado.

2.4.1 Estilo de Crianza

El estilo de crianza es el conjunto de conductas que son comunicadas al niño y que también causan un clima emocional en el cual la conducta parental se expresa. Es la forma en la que ha sido analizada la interacción entre padres e hijos. Estas  incluyen tanto las conductas en las cuales los padres representan sus prácticas parentales, así como las conductas no verbales también como son: gestos, cambios en el tono de la voz, o las expresiones emocionales espontaneas.

Existen tres tipos de estilos de crianza:

·         Estilo Autoritario.
Que se caracteriza por el excesivo control y la restricción de la autonomía del hijo, así como por el valor de la obediencia y el castigo. El estilo crianza de este tipo hace al sujeto violento.

Dúnker, J (2007) plantea que cuando el niño es víctima de maltrato, da como resultado un niño miedoso. Este niño se hace joven con un sentimiento de miedo, provocando que siempre esté listo para defenderse, respondiendo con violencia a todo evento y situación, ya que con sus maltratadores ni puede hacerlo, lo pone en práctica en el ambiente en el que se desarrolla.

El individuo que ha sido maltado cuando pequeño, crece con la sensación que todo es violencia, por lo que siempre está listo para defenderse. Cuando ha sido testigos de actos violentos en la casa, en el barrio, en la escuela, se convierte esto en un estimulante productor de violencia en el niño que será algún día joven y por ende adulto. Es por eso que se propone a los padres no resolver ni discutir sus diferencias delante de los niños, porque esto puede traer consecuencia en la conducta futura, lo que podría causar dolor de cabeza a los padres en el futuro.

·         Estilo Permisivo.
Que se caracteriza por la ausencia de control de los hijos y la concesión total de autonomía, siempre que no se ponga en peligro la supervivencia del hijo. Esto provoca que el sujeto se crie con un sentido poco valorativo de la vergüenza, sin importarle lo que digan los demás. En el estilo permisivo, no se corrige ni se le advierte ciertos peligros, porque no importa tanto al sistema.

De acuerdo a Dúnker, J. (2007), los hijos criado con este estilo, son persona que actúan sin ninguna repugnancia por las cosas prohibida por la sociedad. En este estilo los padres son tolerantes y aceptan los impulsos de los niños, usando un pequeño castigo como posible, haciendo pocas o nulas restricciones en la conducta de los hijos, permitiendo un buen control de la emociones  para los niños y así  tomar sus propias decisiones y regir actividades tanto como sea posible, con bajas demandas de control de impulsos para su maduración.

Estos padres son poco exigentes al atender las necesidades de sus hijos tienen una actitud tolerante a los impulsos de los hijos, no dirigen y usan muy poco el castigo como medida disciplinaria, establecen pocas reglas de comportamiento y son afectuosos con sus hijos. Estos padres no tratan de controlarlos mediante el ejercicio del poder que viene de su autoridad, fuerza física. Posición o capacidad de conceder o limitar recompensas, sino que en ocasiones apelan a la razón del niño, se sitúa en un punto intermedio entre los dos estilos anteriores, de modo que los padres intentan controlar la conducta de sus hijos a través de la reflexión y el diálogo, en lugar de la imposición, y conceden una autonomía supervisada a los hijos. Con este estilo de crianza, el ordena y el resto obedece, el padre es el amo y señor de su casa, necesita valorarse y que valoren sus acciones, saber que cuenta con él, el  reconocimiento  de los demás, está muy orgulloso de lo bien que funciona todo.

El padre se siente Satisfecho por el orden, distanciado de  los demás, atrapado porque en algún momento le gustaría no tener que mandar, pero desconcertado por momento,  cuando entiende que lo que él llama respeto es que en realidad es miedo. El hijo se siente protegido contra las agresiones externas, pero teme a su padre o madre, se torna vigilante y controlador, teme toda manifestación de autoridad, tiene sentimientos de rebeldía cólera, frustración.

Características de Los Hijos Con Padres Permisivos.

Los hijos que crecen en este tipo de familias tienen características como:
·         Falta de control de impulsos
·         Autoconfianza,
·         Agresivos e inmaduros para su edad,
·         Con pocas habilidades sociales y cognitivas;
·         Una carencia de responsabilidad
·         Independencia.

·         Estilo Democrático.
Estos padres respetan la individualidad del niño aunque hacen énfasis en los valores sociales. Dirigen las actividades de sus hijos de un modo racional. Respetan los intereses, las opiniones y la personalidad de sus hijos, aunque también los guían. Son cariñosos y respetan las decisiones independientes de sus hijos, aunque se muestran firmes para mantener las normas e imponen castigos limitados. Explican a los hijos los motivos de sus opiniones o de las normas y favorecen el intercambio de opiniones.

En esta forma de crianza se busca que firmeza y la coherencia sean las bases en las que se funde cualquier acto de crianza en el hogar y en el aula. En este ambiente el niño es tomado en cuenta para el establecimiento de reglas e incluso en el momento de aplicar castigos; los padres y maestros no son excesivamente responsables de la conducta de los hijos, sino que buscan, a través de la aplicación de normas que ellos se regulen a sí mismos. Por supuesto que este estilo de crianza provoca en el hijo o en el alumno sentimientos de adecuación y confianza muy beneficiosos para su desarrollo integral.  

·         Estilo de Crianza Violento.
Puede ser una derivación del estilo de crianza autoritario, en donde la imposición se basa en la violencia; se busca educar al niño en base al uso de agresividad tanto física como psicológica. Es común que en este ambiente el niño viva aterrorizado y que muy pronto, a manera de defenderse de este ambiente tan hostil, él mismo aprenda a ser violento cuando se sienta amenazado, de tal manera que se perpetué la cadena.

·         Estilo de Crianza Sobre-protector.
Puede ser una derivación del estilo de crianza permisivo. En esta forma de crianza los padres y los profesores buscan que sus hijos y/o alumnos no pasen por los mismos problemas y privaciones que ellos pasaron de chicos, protegiéndolos de todo lo que a su ver representa un peligro o problema para el niño. Por supuesto que crean hijos dependientes e inseguros, incapaces de desarrollarse en plenitud en su medio ambiente.

2.4.2 Otros Estilos de Crianza
Algunas de estos es tipos son muy recientes, distingue cuatro estilos parentales de socialización en función de dos dimensiones: implicación/aceptación y coerción/imposición. Los padres con altos niveles de implicación/aceptación muestran afecto y cariño a su hijo cuando se comporta adecuadamente y, en caso de que su conducta no sea la correcta, tratan de dialogar y razonar con él acerca de lo poco adecuado de su comportamiento. Por el contrario, los padres con bajos niveles de implicación/aceptación suelen mostrar indiferencia ante las conductas adecuadas de sus hijos y, cuando la conducta es inadecuada, no razonan con ellos ni les expresan sus opiniones o juicios, de modo que son padres muy poco implicados con sus hijos, tanto si su comportamiento es correcto como si no lo es.

2.5 Comunicación Familiar.

En las familias con hijos adolescentes, los padres se ven en la necesidad de modificar las normas y reglas familiares utilizadas hasta ese momento. En esta etapa evolutiva resulta mucho más adecuado, como negociar con el hijo el grado de supervisión y control ejercido por los padres dentro de un marco de afecto y apoyo, que utilizar la autoridad unilateral. Estas son precisamente algunas de las características de los hogares democráticos que han sido consideradas por muchos profesionales como las fuentes más importantes de bienestar y ajuste en la adolescencia, es decir, el balance entre el control y la autonomía del hijo, y la negociación y los intercambios comunicativos entre padres e hijos con calidez y afecto

En la infancia, la relación paterno-filial es mucho más asimétrica, de modo que los padres utilizan su poder y autoridad para imponer sus estándares, el hijo reconoce esta autoridad en sus padres y ajusta su conducta a lo que éstos consideran como correcto e incorrecto. Esto entonces lleva a que, a medida que los hijos entran en la adolescencia, las relaciones familiares se transforman y es necesario pasar de la autoridad unilateral paterna a la comunicación cooperativa con el hijo. Debe haber entonces, mayor reciprocidad, menos diferencias de poder, y más comunicación, como elementos clave para facilitar la formación y el desarrollo del hijo adolescente.

En este proceso de formación y desarrollo, el adolescente hace una demanda creciente de autonomía que deviene en ocasiones en conflictos familiares. Por un lado, surgen desacuerdos en cuestiones sobre las que los padres quieren seguir ejerciendo control porque entienden que los hijos no son todavía lo suficientemente maduros como para tomar elecciones razonadas; sin embargo, los adolescentes consideran que estos temas les conciernen directamente, como es el caso de las salidas nocturnas o las amistades. Por otro lado, surgen conflictos debido a que los padres esperan una mayor autonomía del adolescente en cuestiones tales como mantener la habitación ordenada o hacer las actividades escolares, mientras que los hijos, en muchas ocasiones, no conceden importancia a estas tareas. Normalmente, estos últimos conflictos se reducen a quejas recurrentes de los padres que, finalmente, suelen ser atendidas por los hijos.

Así pues, en numerosas ocasiones el conflicto entre padres e hijos no es más que una consecuencia asociada a la búsqueda del adolescente de una mayor libertad para tomar sus propias decisiones, junto con la percepción de que esta libertad está amenazada por los padres. Además, la existencia de estos conflictos familiares debe considerarse como algo natural que no necesariamente minará las relaciones entre padres e hijos, ya que su efecto dependerá de la intimidad, el afecto y el grado de comunicación que exista entre los miembros de la familia

De hecho, la existencia de conflictos no es síntoma de problemas y disfunciones familiares, sino que en realidad, cierto grado de conflicto puede resultar positivo en la medida en que ayuda al adolescente a lograr importantes cambios en los roles y relaciones en la familia. En este sentido, el conflicto puede suponer una buena oportunidad para que los padres evalúen y revisen sus propias creencias, para modificar si fuesen necesarias las normas de interacción entre los miembros de la familia, así como para que todos muestren comprensión, respeto y aceptación por las opiniones de los demás.

Además, el conflicto resultará funcional dependiendo del contexto en el que surja, de los comportamientos de ambas partes y de la forma en que sea solucionado. Cuando el conflicto se resuelve de forma constructiva, puede ser una vía para que los hijos aprendan a escuchar, a negociar, a tomar en consideración e integrar diversos puntos de vista y, en definitiva, a solucionar los problemas interpersonales eficientemente; por el contrario, cuando el conflicto familiar es destructivo, hostil, incoherente y con una escalada de intensidad, los hijos se sienten abandonados, evitan la interacción con los padres y pueden surgir problemas de ajuste emocional y comportamental importantes. En el siguiente apartado profundizamos, precisamente, en la relación existente entre determinados elementos del sistema familiar y el desarrollo de problemas graves de conducta en los hijos adolescentes, como la violencia y el comportamiento delictivo.

2.6 Relación de los padres: Factores de Riesgo y Protección.

Un indicador fundamental de la existencia de un clima familiar saludable es la calidad de la comunicación entre padres e hijos y el grado de conflicto entre los miembros de la familia. Respecto de la comunicación familiar, se ha observado que los adolescentes implicados en conductas delictivas y violentas informan de ambientes familiares negativos caracterizados por pautas de escasa comunicación o de comunicación negativa, fundamentada en mensajes críticos y poco claros. Por el contrario, la comunicación abierta y fluída, con intercambios de puntos de vista de forma clara y empática entre padres e hijos, constituye un factor de protección frente a la implicación en conductas delictivas y la ruptura de normas sociales y escolares.

La relación funcional de los padres, favorece la conducta adecuada de los hijos. El padre y la madre pueden desempeñar roles diferentes en relación con el comportamiento desviado del hijo: se ha observado que los problemas de comunicación con la madre influyen negativamente en la cantidad de apoyo que el adolescente percibe de su padre, y de este modo se incrementa el nivel de riesgo para el desarrollo de conductas violentas y delictivas. También se ha observado una relación bidireccional entre los problemas de comunicación familiar y los problemas de conducta en los hijos, de modo que la comunicación negativa influye en el desarrollo de conductas delictivas y violentas y estas conductas, a su vez, se convierten en un estresor ante el cual los padres pueden reaccionar negativamente y aumentar de ser modo los problemas de comunicación.

Respecto de la existencia de conflictos familiares, se ha visto que su frecuencia e intensidad, así como la utilización de estrategias disfuncionales para su resolución constituyen también un importante factor de riesgo que se relaciona con un mayor número de conductas problemáticas y de mayor gravedad en los hijos. En este ámbito de estudio, los procesos conflictivos de divorcio y su relación con el desajuste adolescente influye de forma continua en la conducta delictiva del adolescente.

2.7 Nivel Académico de Los Padres y Conducta Delictiva en Adolescente.

El nivel académico es un elemento importante para la buena conducción de la vida familiar. No quiere decir esto que los padres tienen que ser profesionales para educar a los hijos adecuadamente, lo que se quiere hacer hincapiés es que entre más alto grado académico hayan alcanzado, más conciencia tienen para educar a los hijos. Quizás esto tenga su punto en contra también, en el sentido de que si son profesionales y trabajan podrían tener menos tiempo para dedicarles a los hijos, criándose éstos con padres sustitutos o trabajadora social.

Para Álvarez, A. (2007), la escolaridad de los padres es uno de los principales factores en la formación de conducta delictiva en los adolescentes. Se puede asumir que de los 13 años de escolaridad, la inmensa mayoría de estos, a pena sabe leer y escribir, para no habiendo llegado ni hasta 4to. grado de la educación Básica. Las consecuencias de analfabetismo son profundas, ya que la familia es la primera institución donde el niño adquiere sus primeros valores espirituales, sociales, éticos, costumbres, hábitos, tradiciones y orientación necesaria que posibilite su desarrollo integral y a la vez la continua consolidando durante todo su desarrollo; el nivel de escolaridad de los padres de familia juega un papel importante en la educación del hijo y el desenvolvimiento en la sociedad.

Como son padre de baja escolaridad, sólo saben hacer el trabajo de la agricultura. El campo se ha puesto difícil, ya que la agricultura nada más da para sobrevivir en lo personal, pero no como para comercializar y vivir de eso. Esta situación lo obliga a mudarse en barrio de mala reputación, porque el dinero no le da para comprar casa en otro lado, o en cambio, en esos barrios los alquileres de casas son más barato.

Mudarse a un lugar de ambiente no sano, expone a los hijos que quieran asumir el mismo tipo de comportamiento, como forma de estar en la onda, las niñas se relacionan con los jovencitos con conducta delictiva, igual hacen los varones, van haciendo amigos con los jóvenes con conducta delictiva, en poco tiempo andan con aretes, pelada a la moda, ropas, música y como los padres no tienen suficiente ingresos para cubrirle toda las cosas que le exige el modernismos, se unen a sus amigos, quienes los convierten en jóvenes delincuentes.

Los primeros síntomas de que los adolescentes quieren ir por camino de delictivo se nota en que quieren parecerse a sus amigos en alhajas visibles”. Los aretes, tatuajes, pantalones anchos o muy pegados, peladita calientes, son signos que los adolescentes ya quieren ser como sus amigos. Como los padres no pueden  cubrirle económicamente y el adolescente no entiende que es pobre, recurre a los medios menos adecuado, convirtiéndose en un delincuente juvenil.

2.8 Desintegración familiar.
2.8.1 Concepto

La desintegración familiar es la ausencia parcial, temporal o total de uno de los progenitores. El concepto de hogar desunido o desintegración familiar, se aplica a un número grande de situaciones heterogéneas que provocan repercusiones psicológicas principalmente en los hijos.

Desde el punto de vista psicológico se define la desintegración familiar como: la distorsión o mal funcionamiento de los roles asignados, creando una situación inadecuada, una atmósfera de insatisfacción, angustia, depresión, malestar en general y por tanto, poca o mala comunicación entre sus miembros. La desintegración familiar es un problema en la medida en que una estructura existente se hace disfuncional, no puede desempeñar eficazmente su finalidad específica, creando consecuentemente un desequilibrio en sus interrelaciones con las demás estructuras sociales.

Toda familia en la que los padres ya no viven juntos o sea porque separación, se clasifica entre las familia desintegradas. La sociedad dominicana presenta mucha situación de este tipo, debido a que muchos de los cónyuges se ven obligados a salir de su tierra en busca de mejor vida, dejando atrás la familia, la cual solo vuelve a ver cada fin de mes.

2.8.2 Factores que inciden en la desintegración familiar

En cualquier matrimonio, incluso en aquellos que parecen más serenos y equilibrados, hay momentos difíciles en su convivencia, Pequeñas crisis que son normales porque el hombre es un ser que crece y madura constantemente y, con frecuencia, el propio crecimiento individual tiende a provocar unos mecanismos de ajuste a veces realizados sin dejar traumas. Pero tales crisis son normales y pueden transformarse en positivas. La familia queda más unida si sabe establecer los mecanismos de ajuste.

Pero si bien es cierto la mayoría de las crisis pueden ser superadas, hay algunas que casi fatalmente terminan en ruptura definitiva sin que nadie sea capaz de impedirlo, crisis que debido a causas muy fuertes ninguno de los dos son capaces de controlar. Como lo afirma Sánchez García, estas causas pueden ser:

a)      El Alcoholismo
Mal social, es producto de cantidad de elementos que se proyectan sintomáticamente a través de ingerir licor. Contribuye al abandono del hogar, el mal empleo de recursos económicos y conduce a la delincuencia, miseria, accidentes, desempleo, vagancia, prostitución, mendicidad.

b)     Prostitución
Es definida como el comercio sexual que una mujer hace, por lucro de su propio cuerpo este comercio corporal es llevado a cabo por necesidades de gran variedad.


c)      Económicas
Cuando la función del padre, se altera ocurriendo cambios que dan como resultado el desamparo, abandono; ocurren períodos críticos durante los cuales la mujer se ve en la apremiante necesidad de brindar ayuda a su familia teniendo que trabajar fuera del hogar.
d)     Culturales
Por la escasa instrucción que poseen los padres en algunos hogares, dependiendo de su nivel dentro de la sociedad; puede dar origen a la desintegración familiar ya que la capacidad de resolver los problemas se verá limitada por la ignorancia.

e)      Familiares
La desorganización familiar es consecuencia de la falta de condiciones de la pareja para adaptarse a la vida en común. Esta desorganización familiar puede enmarcarse dentro de la ruptura de la unidad familiar; el divorcio, la drogadicción, separaciones prolongadas, infidelidad, son algunos ejemplos de cómo es quebrantada la estructura familiar, y por lo tanto se dejan de cumplir los deberes y obligaciones que a cada uno compete.

f)       La falta de amor
 Desde el amor así mismo, el amor entre dos personas, del amor a todo el género humano, hasta el amor a Dios. Debido a que entendemos erradamente el término amor, el cual no se resume en la atracción sexual, porque existen muchas formas de amor ajeno al sexo y en la actualidad existen muchos casos de individuos que se atraen sexualmente, pero son totalmente incapaces de vivir en armonía durante algún tiempo.

g)      La falta de comunicación
Similar a la falta de amor, por ser un factor fundamental de la desintegración familiar.
 Por lo tanto la falta de comunicación debilita los vínculos de unión entre los miembros de la familia, por ser factor fundamental de la desintegración familiar.

Si existiera amor este mantendría unido a los esposos y por consiguiente existiría adhesión emocional a otra persona como si fuera uno mismo, con la tendencia a procurarse bien óptimo de ambos. Además se debe tener una complacencia del sentimiento y de la voluntad, que se orientan, se abren a la posesión, al logro del bien apetecido.

2.8.3 Desintegración familiar y conducta delictiva

Muchas familias que no logran mantener un equilibrio emocional en sus miembros provocan diversas reacciones. Desafortunadamente, “muchos padres de familia piensan que sus hijos no se dan cuenta de lo que sucede y, que por lo tanto no les afecta, cuando en realidad no sucede así, ya que los niños van buscando la manera de decir que están ahí, que sienten y que también importan, por lo general, dicha manera suele presentarse negativamente, con conductas totalmente diferentes a las adecuadas”.

Cuando esta desintegración se desencadena en la vida de un niño que tiene conciencia y entiende lo que sucede, representa un golpe muy duro para él. Su familia en ese momento es su todo, qué sentirá al verla desmoronada, es algo muy difícil, quizá no sabe, cómo será su vida de ahora en adelante, con quien estará. Uno como adulto entiende este tipo de situaciones y analiza los factores dando razón de ellos, pero un niño no, para él es algo impenetrable y habitualmente busca hallar un culpable, muchas veces se culpa a sí mismo. El rompimiento parcial o total de los vínculos afectivos entre los cónyuges y entre los padres e hijos, origina conflictos constantes entre las familias y, en escala mayor, conflictos sociales.

Los conflictos emocionales producen angustia y tensión, lo que a su vez es causa de todo género de enfermedades mentales. Cuando el niño carece de autoridad y amor equilibrado de parte de los padres se va revelando progresivamente, primero contra la autoridad paterna, contra los maestros, las autoridades civiles, las religiosas y finalmente con la autoridad divina. Cuando este niño sea hombre carecerá de la capacidad de amar, desde sí mismo hasta a Dios.

Los casos de agresividad por lo general tienen su origen en el seno familiar por diversas razones, divorcio, abandono, maltrato, problemas familiares, problemas económicos. Si el niño recibe por parte de sus padres agresiones o maltratos, se darán cambios en su relación con la sociedad. Cuando no se atienden debidamente las necesidades de la familia, este se desestabiliza al faltar comprensión y organización surgiendo entre los hijos el sentimiento de culpa y la inseguridad en su actuar, al verse dañados en el aspecto emocional, afectivo y social.

También puede convertir al individuo en un ser consumista, alienarlo e estimularlo a la violencia, al sexo, a las drogas. Todas estas consecuencias, son producto de un desorden en la personalidad del sujeto que atraviesa por dicha situación, además no cuentan con una sugerencia responsable, que lo ayude a tomar o elegir el camino correcto para dar sentido a su vida. Lo que suceda en una familia mal formada tanto psicológicamente, moralmente; repercute en la sociedad por todas las consecuencias que esta produce, ya tratadas líneas anteriores. La importancia sociológica de la familia implica una integración como estructura social. Si la familia esta desintegrada no continua un proceso conforme a las exigencias del desarrollo, dicha importancia deja de ser real para convertirse en un obstáculo.

La desintegración es un problema social en la medida en que no puede desempeñar su finalidad y crea un desequilibrio en sus interrelaciones con las demás estructuras sociales. La desintegración social se presenta cuando la estructura en cuestión no responde a este proceso de cambio y se estanca o adquiere un sentido implacable. La antes mencionada, representa uno de los fenómenos con mayor impacto en la sociedad. Este contribuye a elevar los índices de criminalidad, pues más del ochenta por ciento de las personas, que están en las cárceles provienen de familias disfuncionales, se nota muy claramente el problema de desintegración familiar versus delincuencia, drogadicción y pandillaje.

Podría entonces resumirse, que entre las consecuencias más visibles de los hijos de la desintegración se encuentra:
·         Desequilibrio emocional
·         Agresividad
·         Problema de aprendizaje
·         Delincuencia
·         Sexo a temprana edad
·         Rebeldía.
·         Divorcio
·         Baja autoestima
·         Prostitución
·         Alcoholismo
·         Lejanía de los padres
·         Problemas de integración social
·         Problemas psicológicos
·         Depresión
·         Fracasos escolares

Por los graves efectos que en el ámbito social produce la desintegración familiar, debe aceptarse ya, que es un problema de salud pública, que pone a sus integrantes en indiscutibles condiciones de vulnerabilidad. Es impostergable la atención que debe prestarse a la problemática familiar desde un enfoque multidisciplinario sistemático y coherente. Las asociaciones civiles multidisciplinarias especializadas en materia de familia deben participar activamente en el auxilio a las instituciones públicas para atender y resolver la problemática familiar, desde el ámbito de sus funciones educativas, formativas, consultivas y como peritos.


2.9 Comportamiento Social de Los Padres.

            Los padres son los primeros maestros de los hijos y los encargados de formar el carácter de estos. Estos se convierten en los líderes y modelo de los hijos, tanto así, que a ellos les gustaría llamarse igual que sus padres. Para ellos. El modelo de comportamiento exhibido por ellos, es el estilo correcto de comportamiento, ya que lo consideran perfecto, hasta que no llegan a los 18 años, edad en la que comienzan asumir independencia. Es por eso, que a los padres se les pide prudencia a la hora de actuar, porque lo que ven desde la familia, es lo que harán cuando sean ya grandes, por el hecho que la casa es la primera escuela.

El comportamiento social de los padres, se convierte en un patrón de conducta para los hijos, ya que lo ven como una ley de comportamiento, la que no violan, a no ser que hayan cambiado de cultura. Puede hacerse énfasis en lo que plantea el Libro de los Proverbios, 22:6, “Instruye al niño en el camino y cuando grande no se olvidará de él”. Indica esto, que lo que ellos lo vean hacer durante su vida de infante, a eso aspirarán en el futuro.

Los padres delincuentes tienden a tener hijos delincuentes. Se puede destacar entonces, la concentración de los delitos en un pequeño número de familias. Es que el hecho de tener al padre, la madre o un hermano delincuente, lo impulsa a hacer lo mismo, a repetir la conducta. Los padres tienen un comportamiento violento, mediante frecuentes y duros castigos físicos, in motivo aparente o por verdaderas nimiedades, los niños aprenderán que remedio les queda, si no han visto otro tipo de conducta.

2.9.1 Comportamiento Social de Los padres y Comportamiento de Los Hijos.

Los padres son el ejemplo a seguir por los hijos. Es sabido de los individuos que vienen de una familia intachable, son, generalmente de conducta intachable. Si vienen de una familia aislada, adoptan una actitud de aislamiento en la sociedad. Es por eso que se sigue diciendo que los padres son los primero maestros de los hijos, en la formación de su carácter y de su conducta.

Dependiendo del tipo de comportamiento que tengan los padres en la sociedad, será el comportamiento de los hijos. Esto es así. Cuando los padres son personas que practican los valores religiosos, que van a la iglesia, que viven involucrado en asuntos sociales, los hijos son excelentes líderes comunitarios o religioso. En cambio, cuando los padres son de conducta reprochable para la sociedad, los hijos tienen igual comportamiento.

2.9.2 Comportamiento Social de Los Padres y Conducta Delictiva de Los Hijos.

Existe un tipo de familia que se puede llamar típicamente criminógena, la cual es la unidad básica de las conductas antisociales, la cual formará la personalidad violenta y agresiva, así como la manera incorrecta de relacionarse con el medio o la sociedad, agrediendo a los demás por las causas de sus conflictos internos” En esta familia es casi imposible que los hijos no lleguen a delinquir, ya que generalmente sus primeros delitos son dirigidos por los mismos padres. Estas familias viven en un ambiente de absoluta promiscuidad, donde no es extraño el incesto, donde impera la miseria y el hambre, donde los niños son mandados por los padres a delinquir o a pedir limosna, y cuando son mayores a prostituirse.

2.9.3 Conductas Antisocial de Los Padres Imitada Por Los Hijos.

Las conductas no adecuadas de los padres, que los hijos más suelen repetir son:

·         Alcoholismo. Los padres que usan alcohol delante de sus hijos, o en el caso son alcohólicos, exponen a los hijos a este tipo de vicio. Es una conducta que repiten, porque para ellos es normal andar borracho en la calle. Si es el ejemplo que han visto de los padres, quién le podrá decir lo contrario.

·         Drogadicción. El uso de sustancia controlada es otra de las conductas que los hijos repiten de sus padres.

Es tan repetitiva, porque el padre lo manda a los puntos a buscarla, con el propósito de protegerse de la ley. Las personas que usan drogas, labora en los oficios más bajos y miserables como recoger basura, cargador, pepenador, es delincuente habitual y de poca monta, ladrón; su inteligencia es escasa, es un sujeto instintivo y altamente agresivo.

La madre por lo común, está viviendo en unión libre, los hijos que tiene provienen de diversas uniones, y en más de una ocasión no podría identificar ciertamente quién es el padre de sus hijos. Estas familias habitan en barrios peligrosos y de altos riesgos, donde la policía no se atreve a entrar. El menor que sale de estas familias es más difícil para tratamiento, pues tiene en contra todo, herencia, familia, formación, ambiente. No toda la familia donde el padre es delincuente es una escuela del crimen, pero estas excepciones no son muy comunes, y dependen del contrapeso de la madre, del ocultamiento de las actividades del padre, o de otros poderosos inhibidores.

·         Violencia. Los hijos de padres violentos son generalmente igual.

Dentro de los actos violentos llevado a cabo por los adolescentes esta:

·         Riñas. Son típicas entre los adolescentes en edad de 13 y 17 años. Lo hacen por defender la chica que le gusta, por mantener el control de un territorio, por la venta de drogas o por cualquier otra situación, que para ellos sea necesario usar la violencia. Este tipo de conducta lo aprenden de su familia mayormente. Su padre y madre se involucran siempre en este tipo de evento, siendo criado en un ambiente violento.

·         Atracos. El cual ocurre ya para poder sobrevivir y conseguir dinero para los vicios. De la violencia, surge el reforzamiento, porque según su padre, hombre no come hombre, diciéndole que todo el mundo es inferior a ellos. El deseo de atracar, es un instinto, que según la situación del momento, lo ayudaría a salir de una situación. Su padre, en algún momento ha sido atracador, por eso para ellos no es una conducta inadecuada, aunque si penado por la ley 
Robos. Los padres de estos hijos, han empeñado varias veces los ajuares de la casa o han sido procesados en varias ocasiones por robos. Los hijos de padres ladrones, son ladrones. Comienzan cosas insignificantes para ellos y se convierten en ladrones profesionales. Aquí no solo lo hacen en su casa, sino también en el vecindario y fuera de allí.

·         Porte de Arma. Es muy común en los jóvenes en edad de 13 a 17 años, debido a que esto representa para ellos seguridad. Lo hacen de todas formas hasta llegar a portar armas ilegales. Al sentirse protegido por un arma, no barajan pleito y hasta lo provoca con la finalidad de darse a respetar, pero lo peor no lo meditan, que es la consecuencia, por lo que pueden terminar en la cárcel o muerto.

·         Violaciones. Las violaciones por parte de los jóvenes adolescentes, cuando se dan el manoseo, actos obscenos o lascivos a un/a niño/a de menos de 18 años,  coito oral, sodomía, penetración o introducción de objetos extraños en el ano o genitales, violación, incesto y explotación sexual. En los jóvenes se da de manera permanente, debido a que están viviendo una etapa del desarrollo en la que a veces no pueden tener autocontrol y hasta culpan a la persona de haberlo provocado. Las violaciones son más comunes en adolescentes en edad de 13 a 17 años.

A modo de resumen que el comportamiento delictivo en hijos adolescentes se relaciona con un clima familiar negativo, caracterizado fundamentalmente por los siguientes aspectos:
·         Carencia de afecto, apoyo e implicación de los padres.
·         Permisividad y tolerancia de la conducta agresiva del hijo.
·          Disciplina inconsistente, inefectiva y demasiado laxa o demasiado severa.
·         Estilo parental autoritario y uso excesivo del castigo.
·         Problemas de comunicación familiar.
·         Conflictos frecuentes entre cónyuges.
·         Utilización de la violencia en el hogar para resolver los conflictos familiares.
·         Rechazo parental y hostilidad hacia el hijo.
·         Falta de control o control inconsistente de la conducta de los hijos.

11 comentarios:

  1. Salvo por algunas expresiones, este es un artículo muy completo, donde el gran resumen es... La familia es el todo para un hijo, en absolutamente todo su actuar.

    ResponderEliminar
  2. Salvo por algunas expresiones, este es un artículo muy completo, donde el gran resumen es... La familia es el todo para un hijo, en absolutamente todo su actuar.

    ResponderEliminar
  3. me parece un trabajo que es digo de tomarlo en cuenta como referncia profesional

    ResponderEliminar
  4. hay alguna investigación cuantitativa sobre el tema o las referencias de este trabajo?

    ResponderEliminar
  5. referencias por favor estoy haciendo una tesis spbre esto y no encuentro referencias de conductas delictivas.

    ResponderEliminar
  6. Es un trabajo realizado en Republica Dominicana. Quizas haya alguna diferencia con algunos paises. Siempre agradecido de sus comentario.

    ResponderEliminar
  7. Me ha gustado este tipo de artículo.Felicidades, sin embargo agradecería conocer el autor del mismo para poder citarlo.

    ResponderEliminar
  8. Saludos. Es un estudio realizado en Republica Dominicana. Fue realizado por el autor del blog.

    ResponderEliminar