miércoles, 29 de enero de 2020
Psicologia clinica Timothy J. Trull.
Libro psicologia Clinica
https://www.academia.edu/37918794/Trull_and_Phares._Psicolog%C3%ADa_Cl%C3%ADnica
jueves, 2 de enero de 2020
Métodos de Prevención de la Conducta Del Consumo de Alcohol en Adolescentes en Edad de 13 a 17 Años.
2.1 Alcohol. Conceptualización.
Vergé, K. (2005)
define “el alcohol como un compuesto orgánico que contiene el grupo de los
hidroxilos unido a un radical alifático o algunos de sus derivados”. Es un
compuesto que se deriva de una mezcla, la cual da origen a diversos tipos de
alcoholes. Este compuesto se utiliza para preparar las bebidas alcohólicas.
Marine, B. (2006) dice que “es toda bebida que contenga alguna
cantidad de etanol es considerada bebida alcohólica”. Las bebidas que abarca
este grupo son muchas, e intentando agruparlas, algunas de ellas son: los
vinos, cervezas, licores, aguardientes, whiskies. Las bebidas alcohólicas se
pueden producir por fermentación, como el vino y la cerveza o por destilación.
De acuerdo a reporte de Alcohólicos
Anónimos, San José de las Matas, enero 2011, el porcentaje de alcohol etílico
en cada bebida puede variar: la cerveza presenta aproximadamente un 5% de
alcohol, el vino alrededor de un 5% y los licores pueden llegar a contener un
50% de etanol. Indica entonces que cualquiera de esta sustancia consumida en
produce acciones desinhibitorias en el individuo y corre los mismos riesgos que
cualquier bebida, por el contenido de alcohol y compuestos de fabricación.
Toro, R. (2009) define el alcohol
como “la sustancia psicoactiva de uso más común, lo mismo que es el
tipo más frecuente de adicción o dependencia”. El alcohol puede producir
dependencia al igual que cualquier otro tipo de droga y más propenso a el,
porque no es prohibida su venta a mayores de edad y a los adolescentes se vende
sin restricción, a pesar de que la ley 42-01 que lo prohíbe. Su consumo en
principio produce sensación de alegría, con el tiempo y la cantidad consumida,
el individuo puede presentar problemas de la coordinación motora y la visión
borrosa.
Aguirre, M.
(2006) dice que se conoce como alcohol a “aquel líquido incoloro e inflamable,
de olor extremadamente fuerte y que se obtiene por la destilación del vino o de
otros licores”. E el alcohol es un compuesto
orgánico que contiene al grupo hidroxilo unido a un radical alifático o a
cualquiera de sus derivados. Por de tratarse de un compuesto es que
existen diferentes tipos de alcoholes, porque, variedad que puede inducir a las
personas a consumir cualquiera de ellas, pero que el final puede ser el mismo:
hábito de consumo, emborrachamiento y hasta enfermedades.
De acuerdo a
Vargas, D. (2000), “es toda bebida que contenga alguna cantidad de etanol es
considerada bebida alcohólica”. Las bebidas que abarca este grupo son muchas,
pudiendo agruparse en: los vinos, cervezas, licores, aguardientes y whiskies.
La ingestión de una pequeña cantidad diaria de alcohol no perjudica a las
personas, sin embargo, no se aconseja iniciarse en la costumbre de ingerir
tales bebidas.
El alcohol tiene una diversidad variada. Es por eso que
las personas se inician en una bebida de las consideradas menos fuerte, luego
van cambiando hasta llegar a consumir cualquier tipo de bebida que contenga
alcohol. Por eso lo mejor es no probar ningunas, para evitar caer en luego en
el hábito de consumo o alcoholismo. Los que comienzan tomando vino cerveza,
luego prueban también el ron y los whiskies, porque los compuestos químicos
produce la sensación de sentir algo más fuerte.
2.2 Alcoholismo.
Desde un punto de vista psicológico, el alcoholismo puede ser la respuesta a una tendencia
autodestructiva o servir para eliminar los recuerdos desagradables. El problema
radica en que después de haberse
auxiliado de este, el individuo pierde la capacidad para controlar el consumo
de bebidas alcohólicas. El deterioro en la capacidad de controlar el consumo de
alcohol puede ser intermitente y muy ligero, en las fases iniciales de
enfermedades, como daño al hígado, al páncreas, problemas digestivos e
hipertensivos, pero puede llegar a ser continuado e intenso, más adelante, y
conducir a una robotización, progresiva de la conducta, o sea, la
administración programada o automatizada de auto-administración de alcohol y a
una pérdida de control tan grave que
necesitará consumir frecuentemente.
De acuerdo a Altarriba, F. (2008), el alcoholismo consiste en “un consumo
excesivo de alcohol de forma prolongada con dependencia del mismo”. Podría
hablarse de una necesidad incontrolada de ingerir bebidas alcohólicas, lo cual
interfiere en la salud física, mental, social y/o familiar, así como en las
responsabilidades laborales. El alcoholismo se puede considerar como un tipo de
drogodependencia, una enfermedad adictiva en la que el enfermo no
puede controlar el consumo de alcohol, que en la mayoría de las ocasiones es un
consumo excesivo y prolongado.
Cuando una persona ha desarrollado una grave
dependencia del alcohol no podrá retornar a un consumo moderado y cuando pruebe
de tomar bebidas alcohólicas volverá a experimentar las mismas dificultades
para controlar su consumo. Programar la ayudar al paciente alcohólico debe
consistir en mantener en le paciente la ansiedad que lo mueve al consumo de
manera continuada, sin embargo, lo más probable es que su actitud ante la
consistencia de no consumo sea bastante ambivalente y ello puede contribuir a
que su evolución curse con la alternancia de períodos de remisión de la
enfermedad y períodos de recaída, en los que su vida se desorganiza y puede
llegar a estar fuera de control.
El alcoholismo se convierte en una enfermedad,
cuando la persona no posee la capacidad de controlar el consumo. Las personas
inician por curiosidad y luego ya no pueden dejarlo, llegando hasta perder el
respeto de las personas, de los amigos, de la sociedad y por último, morir
prematuramente por causa del mismo.
2.2.1 Clasificación del alcoholismo
De acuerdo a Richard, R. (2005), “existen
diferentes tipos de alcoholismo”. Resumiendo la concepción de la tipología del
alcoholismo, propuesto por el autor, este se clasifica así:
1.
Abstemios. Serías aquellas personas quienes
no disfrutan o muestran un desagrado activo al gusto y a los efectos del
alcohol y en consecuencia, no tienen interés en repetir la experiencia.
Igualmente están los no bebedores preocupados, que no solamente se abstienen,
si no que buscan el persuadir o coaccionar a otros que comparten su abstención.
2. Bebedores sociales. Beben con
sus amigos. El alcohol es parte de su proceso de socialización, pero no es
esencial, y no toleran una embriaguez alteradora. Esta embriaguez es rara,
puede ocurrir sólo durante una actividad de grupo, tal como una boda, una
fiesta o el día de año viejo, momento en que se permite bebida en exceso.
3. Alcohólicos Sociales. Se intoxican con frecuencia, pero
mantienen ciertos controles de su conducta. Prevén las ocasiones que requieren,
de modo rutinario, tomar un par de copas antes de ir a casa. Son personas que
les gusta ir siempre a los mismos lugares de bebida con gran tolerancia al
alcohol. Un alcohólico social encontrará tiempo para una copa por lo menos,
antes de la cena. Su bebida no suele interferir en su matrimonio ni gravemente
en el trabajo mientras mantenga esta situación.
4. Alcohólicos. Se identifica por su gran dependencia o adicción
hacia el alcohol y una forma acumulativa de conductas asociadas con la bebida.
El término alcoholismo se aplica al desajuste social que se presenta en las
vidas de los individuos adictos y de sus familias.
De acuerdo a las
tipologías de alcoholismo anteriormente mencionada, puede decirse que todas las
personas se pueden ubicar en una de ellas, debido a que algunas vez, se ha
tomado algún tipo de alcohol. El más común es el alcohólico social, en el que
se puede ubicar a los adolescentes. Con el tiempo, si no se interviene a
tiempo, pueden convertirse en alcohólicos, ya siendo dependiente del mismo.
2.3 Consumo del Alcohol en la Adolescencia
2.3.1 Adolescencia
Acevedo, A.
(2000), define la adolescencia como
“un periodo en el desarrollo biológico, psicológico,
sexual y social inmediatamente
posterior a la niñez y que
comienza con la pubertad”. Comienza
básicamente a los once años y su rango de duración varía según las diferentes
fuentes y opiniones médicas, científicas y psicológicas, pero generalmente su
finalización a los 17 años. Es esencialmente una época de cambios, que marca el
proceso de transformación del niño en adulto, es un período de
transición que tiene características peculiares.
En esta etapa, sus
protagonistas son jóvenes que aún no son adultos pero que ya no son niños. Es
un periodo de descubrimiento de la propia identidad psicológica, sexual, así como de la
de autonomía individual.
En el aspecto emocional, la llegada de la
adolescencia significa la abertura de la
capacidad afectiva para sentir y desarrollar emociones que se identifican
o tiene relación con el amor. El adolescente
puede hacer uso de su autonomía y comenzar a
elegir a sus amigos y a las personas que va a querer. Hasta entonces no ha
escogido a sus seres queridos. Al nacer conoció a sus padres y tal vez a
algunos hermanos y el resto de sus familiares.
2.3.2
Características de la Adolescencia.
La adolescencia se
caracteriza por el crecimiento físico y desarrollo psicológico, y es la fase
del desarrollo humano situada entre la infancia y la edad adulta. Esta transición
es tanto física como psicológica por lo que debe considerarse un fenómeno
biológico, cultural y social. Muchas culturas difieren respecto a cuál es la
edad en la que las personas llegan a ser adultas. Aunque no existe un consenso
sobre la edad en la que termina la adolescencia. Erik Erikson considera
que la adolescencia abarca desde los doce o trece años hasta los veinte o
veintiún años. Este período de los 13 a los 17 años es la búsqueda de la identidad, define al
individuo para toda su vida adulta quedando plenamente consolidada la personalidad a partir de
los 21 años. Sin embargo, no puede generalizarse, ya que el final de la
adolescencia depende del desarrollo psicológico, la edad exacta en que termina
no es homogénea y dependerá de cada individuo.
2.3.3
Alcohol
y Adolescencia
Los cambios de humor o de comportamiento
pueden ser normales como parte del crecimiento que corresponde a éstas edades,
pero también pueden ser un signo de algún tipo de abuso de sustancias. Los
factores de riesgo son típicamente diferenciales de población, de individuo a
individuo, de una época histórica a otra, e inclusive en el mismo individuo en
etapas diferentes de su desarrollo psicoevolutivo.
Como la adolescencia es una tapa de búsqueda, los
individuos en esta edad, comienzan tratando de explorar nuevos mundos, los
cuales pueden ser buenos o malos. Cuando el adolescente se inclina por los
deportes, actividades sociales comunitarias, da felicidad a la familia e
inspira respeto de su comunidad, en cambio, cuando se inclina por el consumo de
sustancia, desencadena un clima de tensión en todos los que le conocen. El
alcoholismo en esta edad, es una de las actividades comunes de ellos y la que
pone de manifiesto cual será su futuro, si no se prevé a tiempo.
Comienzan primero probando que se siente, se
exhiben ante la sociedad, haciéndoles sentir que ellos ya usan alcohol, para
que los de su edad los vean, pero al final, lo que comenzó como un juego, se
convierte en un trastorno para ellos, haciendo adicto o alcohólico. Eso mueve a
preocupación a la sociedad, ya que cada día aumenta el número de adolescentes
de ambos sexo que ingresan al consumo de alcohol. El detalle final es que luego
no pueden vivir sin el, cuando ya son adultos.
2.4 Medio publicitario y consumo de
alcohol en los adolescentes.
La publicidad es una forma de comunicación comercial
que intenta incrementar el consumo de un producto o servicio a través de los
medios de comunicación.
Los medios de
comunicación masiva tienen influencia para el desarrollo histórico. Algunas
ocasiones obtienen una penetración hipnótica. A veces convencen, a veces
enervan. En la actualidad, el consumidor se ve invadido por publicidad en
los medios de comunicación. Tanto prensa, radio, cine y televisión han sido la
elección de los publicistas para llamar su atención e influir en él para que consuma
cierto producto o utilice determinado servicio.
Entiéndase por
consumidor aquella persona que consume un bien o utiliza un producto o servicio
para satisfacer sus necesidades. La motivación contenida en la publicidad juega
un papel importante en el despertar del deseo o curiosidad de consumo. Se en
una fuerza impulsora que le inclina hacia el producto. Parte de la motivación
humana es inconsciente. Esto es porque existen en cada individuo factores que
determinan su comportamiento. En muchas de las ocasiones la decisión de compra
no es propia del consumidor, sino que está sujeta a lo que los demás hacen
El comportamiento del
consumidor se ve influenciado por una serie de factores que pueden ser
externos, sociales, tales como la familia, los amigos, la clase social, la
cultura y factores internos, personales,
como el caso de la personalidad, el temperamento, la percepción, las actitudes.
El reto para el publicista consiste en conocer qué es lo que necesita, motiva y
desea el consumidor, y saber combinar estos tres aspectos para poder hacerle
llegar un mensaje que lo lleve a comprar el producto o servicio que le ofrece.
La creencia más compartida entre los
diferentes grupos de adolescentes, es que tiene que ver con la asociación entre
el consumo de alcohol y las consecuencias positivas que este proporciona. Entre
estas destaca una potenciación de la actividad psico-fisica: alegría, euforia,
superación de la timidez y retraimiento, mejora del estado de ánimo,
posibilidad de diversión e integración dentro de un grupo de amigos donde la
mayoría consumen. Por eso anticipar los efectos positivos y no las verdaderas
consecuencias negativas, conlleva a que se produzca un mayor consumo social de
alcohol, porque solo tiene conocimientos de los efectos positivos, pero no de
las consecuencias.
En resumen, los motivos principales que tienen
los adolescentes para explicar el consumo de bebidas alcohólicas son:
- Es
un modo de ponerse alegre, alcanzar el punto.
- Forma
de imitación de conductas, con consumo que a veces se impone desde la
publicidad.
- Desinhibición,
superación de la vergüenza.
- El
consumo actuaria como modelo de imitación y expresividad.
2.4.1
Publicidad en el consumo de alcohol de los adolescentes
Al analizar los efectos producidos por
la publicidad en el consumo de alcoholes probable que el joven elija la
estimulación agradable, cierta e instantánea proporcionada por el mismo. De
este modo se construyen pensamientos propios no todos los que beben alcohol
tendrán una dependencia física o psicológica no todos tienen accidentes de coche, el alcohol afecta a los otros, que
no controlan, pero no a mí. Que contribuyen a reforzar los efectos o ideas
positivas.
Los fabricantes de alcohol no están tirando el
dinero cuando se anuncian en los medios de comunicación. La publicidad de
espirituosos empuja a los adolescentes al consumo, incluso lo eleva, aunque
supuestamente no esté dirigida a ellos. En parte, porque la receta del éxito de
sus anuncios reside en la identificación de su ingesta con diversión, evasión,
posibilidad de relaciones y sexo, éxito, celebraciones, fiestas. Los lugares
escogidos y los contenidos de cada promoción, hace ver a los adolescentes o
espectador, que un sorbo puede cambiar su estado emocional, convirtiendo en un elemento impulsor de la curiosidad
sujetos en edad de 13 a 17 años, que ya había venido sido atraído por la idea,
ya esta etapa, el individuo anda buscando cosas nuevas para insertarla a su
experiencia.
Santiago, Álvarez y Otros (2003),
dicen se ha demostrado “que la publicidad del alcohol es un factor moderado de incitación a probarlo entre
los adolescentes”. Los spot publicitario, se pasan mayormente en programas que
tienen gran influencia en la audiencia de los adolescentes, por lo que se puede
decir, que está dirigido a este tipo de público, debido a que son las personas
en esta etapa, quienes a esa hora consumen el contenido televisivo.
Un
estudios, publicado por Pediatrics Childrens, Estados Unidos, 2009, dice que “por
cada hora de más que los adolescentes ven la televisión cada día, el riesgo de
inicio en el consumo de alcohol se incrementa un 9% durante los siguientes 18
meses”. Los datos muestran el impacto de la publicidad en la población
adolescente que deben conocer a las autoridades.
La publicidad es usada como un
medio para promover el producto de una compañía. Los fabricantes de alcoholes
nacionales internacionales también usan este medio. Controlar los programas que
ven los hijos, tuviera un gran beneficio para evitar que la población en edad
adolescente consuma este y otros productos que en nada favorece al desarrollo
del individuo. Los anuncios de cada momento reflejan
distintas formas de vida y las aspiraciones sociales de la mayoría de las
personas y la publicidad moldea la conducta mostrándoles nuevas ideas, nuevos
estilos de vida, valores, principios, la necesidad por las nuevas
variedades de productos del mismo uso que difunde. Esta forma parte del
mundo, está ligado a la cultura de masas y promueve un determinado consumo
cultural. Todo ello es explicable en la medida que se reconoce la interrelación
entre lo económico, lo social y lo cultural.
2.5 Ambiente
social y consumo del alcohol de los adolescentes
El ambiente es medio donde las personas
comparten con otros, y hacen vida social. Este medio, permite los individuos
poder relacionarse con amigos, participar de actividades sociales, permitiendo
saciar la necesidad individual de socialización. Los grupos sociales, pueden
servir de palanca, que le permita crecer y formarse como líder, pero también
puede incidir en la adquisición de hábitos perjudiciales para la buena
convivencia.
El adolescente busca ser aceptado en la
sociedad donde hace vida, es por eso que trata de hacer amigos y compartir con
ellos. El estilo de crianza aplicado usado en casa, tiene mucho que ver en si
hacen lo que sus amigos hacen o si tienen el deseo y la decisión de actuar de
forma diferente. Pero esto no asegura
que los adolescentes tomen en cuenta la formación hogareña, cuando están la
sociedad. Como están en grupo de pare, su mayor deseo es ser aceptado por los
compañero y adolescentes de su edad, y es ahí donde radica la influencia del
ambiente social en le consumo de alcohol de los adolescentes.
De acuerdo a Ventura, F. (2003), hizo un
enfoque atinado acerca de los factores que inciden en el consumo de alcohol,
por parte de los adolescentes, clasificándolo de la siguiente manera:
·
Amigos
consumidores. Los adolescentes hacen amigos con personas de su edad y quizás con
algunos años más que ellos, debido a que la próxima etapa es la juventud o
adultez. Estos adultos se convierten muchas veces en los maestros de
comportamiento de los sujetos adolescentes. Los amigos consumidores, son
influencia negativas y los principales propiciadores de que los adolescentes se
inicien en la práctica
·
Invitación
al consumo. Es el llamado brindis de entrada. La persona consumidora cuestiona al
adolescente cuando este no lo hace. Es una forma de decirle quizás que no está
en la onda, por lo que siempre insisten en la invitación al consumo, llegando
el momento en el que adolescente acceda a probarlo, primer paso para entrar al
consumo.
·
Ambiente
de consumo frecuente. Se
da mayormente en los barrios de bajo nivel económico o en los lugares apartados
de la ciudad, donde el único medio de diversión son los billares, pequeñas
cafetería y barras familiares. Los niños en estos lugares están pendiente de su
rápido crecimiento, para poder entrar y jugar billar, compartir como lo hacen
sus amigos en esa edad. Eso es lo que ven. Es uno de los elementos más
influente del ambiente social en el consumo de alcohol desde la adolescencia.
·
Actividades
que incluya bebida alcohólica. Son
invitaciones y actividades que el adolescente aprovecha para iniciar su vida
con un poco de independencia. Aunque el móvil en primer momento no sea tomar,
el ambiente en el que esta participando es propicio y te incita a probar una
copa. Los amigos le ofrecen apoyo con frase como yo te llevo a casa, te quedas
a dormir, siendo la ventana y palabras de bienvenida al mundo del consumo de
alcohol.
·
Necesidad
de aceptación. La relación que el adolescente tenga con su familia es determinante para
saber a que edad los adolescentes podrán iniciar a tener comportamiento de
adultos. Los adolescentes comparten todo con los amigos de su edad y una forma
de sentirse aceptado es imitando su conducta. La necesidad de aceptación no
solo lleva al consumo de alcohol, si no también de otras drogas.
- Curiosidad ambiental. El
hecho de que los amigos de su edad ya hayan incursionado en ese mundo, es
una razón para que el adolescente sienta curiosidad. Esto es lo que lo
lleva a tomar el primer sorbo de alcohol. El primer trago es proporcionado
por los amigos, quizás por cortesía, pero en la mayoría de los casos, el
individuo de una forma u otra ya ha sentido el deseo o curiosidad de
probarlo, pues como los demás lo hacen, le gustaría saber que se sienten.
Es una acción que se da tanto en varones como en hembras.
Son muchos los elementos del ambiente
social que pueden incentivar a los adolescentes al consumo del alcohol. El
ambiente proporciona elementos suficientes, según se puede ver, que motivan al
adolescente en medio de la etapa de búsqueda que se inicien en este mundo del
consumo, pudiendo tener gran influencia el tener amigos tomadores, que al mismo
tiempo los inviten a tomar, la que después se le hace difícil de dejar.
2.6 Incidencia
de la comunicación familiar en el consumo de alcohol de los adolescentes.
La
comunicación familiar tiene una estructura compleja en donde figuran en todo
momento no sólo mensajes interpersonales directos, sino un sistema de señales
muy valiosas para que la persona que recibe el mensaje se percate de la
categoría correcta a la que debe encuadrarse la secuencia de los mensajes
transmitidos. Este sistema de señales constituye algo serio en forma literal o
de metáforas. Tal serie de señales suele ser extraverbal y se modula mediante
el tono de voz, la mímica y los gestos.
Existe una
especie de comunicación contradictoria, llamada de doble vínculo, esta se
observa sobre todo en el proceso educacional y consiste en la asociación de un mensaje de cariño con un metamensaje de
hostilidad. A este tipo de comunicación se le conoce como disfuncional, ya que
se envían mensajes indirectos, enmascarados y desplazados. Para que la
comunicación sea funcional debe ser clara, directa, congruente, que sea
entendido por los miembros, que es lo que se quiere expresar.
La comunicación en la familia debe darse
fluida y con constantemente, como forma de poder mantener el contacto y el
control de lo que hacen los hijos, creando el hábito en los miembros del
sistema. La falta de comunicación de padres a hijos puede convertirse en un
elemento negativo en la conducta que estos pueden asumir, ya que sus amigos,
son los menos indicados y quienes les dicen lo que a sus padres le toca.
2.6.1 La familia y su estilo de
comunicación
La familia es la primera escuela donde
aprendemos cómo comunicarnos. La forma como aprendemos a comunicarnos en
nuestra familia de origen determinará cómo nos comunicamos con los demás. Así
el niño comienza aprendiendo gestos y tonos de voz de sus padres y hermanos,
comunicándose a través de ellos. En este caso, es la familia la que entiende e
interpreta lo que quiere decir. Así las familias establecen formas de
coordinarse que determinan y satisfacen las necesidades de todos sus miembros. La
forma de comunicarse que tienen los miembros de la familia, determinará la
forma en que los niños que en ella crecen aprendan una manera de emocionarse y
de pensar. Esto significa que cada familia enseña a través de la forma que
tiene de comunicarse, su estilo particular; los valores, forma de pensar y
mirar el mundo.
2.6.2 Comunicación en la familia; Relaciones
dentro de la familia.
La familia tiene distintos niveles para
comunicarse. De acuerdo a ello se establecen grupos que tienden a tener un
cierto tipo de relación en su interior y con el otro grupo: nos referimos a los
padres y los hijos. Al interior de cada uno de estos grupos existe una relación
de igualdad. Esto es, los padres - ambos adultos - establecen una comunicación
como padres entre ellos para ejercer mejor su función.
A su vez, los hijos establecen una
comunicación de hermanos, iguales, que les permite pasarlo bien, jugar y
ejercer su rol de hijos frente a los padres. En un nivel distinto de
comunicación se encuentra la pareja que constituye un espacio exclusivo de los
adultos y que no tiene que ver con la crianza de los hijos, ni con la
mantención de la casa. La pareja existe en torno a la comunicación de ellos
como pololos, amigos y amantes.
La relación dentro de la familia puede
convertirse en medio de prevención para ciertos tipos de conducta no adecuada.
Cuando es funcional con los diferentes subsistemas, esta se convierte en un
lugar placentero para sus miembros, pero cuando es disfuncional, éstos salen a
buscar fuera, con sus amigos, en su ambiente, lo que no tiene en su hogar.
2.6.3 Comunicación en la familia. Reglas
Las familias fijan reglas para convivir
que están de acuerdo a los valores y normas que los guían. Estas reglas por lo
general son definidas y aplicadas por los padres. En algunas familias y de
acuerdo a su estilo y valores, los padres permiten que los hijos participen en
la discusión de permisos, salidas, paseos, deberes en la casa. El que los hijos
participen o no de estas decisiones dependerá de la forma que cada familia
tenga de ejercer el poder en su interior.
Cuando los padres no logran acuerdo y
tienden a discutir frente a los niños, o uno se alía con los hijos contra el
otro, se tienden a generar problemas a nivel de la organización de la familia,
que son difíciles de resolver dictadura de los hijos, negación de la autoridad
de uno de los padres, que dan origen a los habituales problemas conductuales en
los hijos. Lo habitual es que los padres hagan uso de los castigos como forma
de lograr que los hijos cumplan con las normas que se han fijado.
2.6.4
Comunicación familiar: factor de riesgo de consumo de alcohol.
La
comunicación es el medio o momento de interacción, en que los miembros de la familia tienen la
oportunidad de expresar los sentimientos, así como como definir las reglas y
los límite que regirá el sistema y a sus miembros. En este sentido, la
comunicación familiar es un arma de doble filo en la formación de conducta de
los hijos, pues dependiendo de la calidad y el tiempo dedicado a la misma,
puede formarse un buen o mejorable sujeto. Es por eso, que los psicólogos
familiares abogan por que la comunicación en estas pequeñas unidades de la
sociedad, lo que permitirá conocer los sentimientos buenos o malos de los
miembros.
Las familias tienden a generar un proceso de comunicación
con democracia, en donde todo debe ser consensuado estableciendo relaciones de
igualdad, equidad y de participación armoniosa. Una buena comunicación parte
del reconocer que cada uno de los miembros de la familia tiene un lugar: El
padre y la madre tienen la responsabilidad de ser guías de sus hijos e hijas,
quienes deben reconocer su autoridad, respetarla y apoyarse en ellos; todo esto
en relación armoniosa contribuirá a que se forme una personalidad adecuada.
La comunicación disfuncional pone en riesgo a los
miembros de la familia. Cuando no existe este espacio, miembros no tienen una
relación cercana ya que la comunicación une y crea un clima de confianza en
cada uno de los subsistemas. La falta de la misma no permite que se conozca con
quienes forman el importante núcleo social, provocando que cada uno ande por
ahí, sin que nadie se interese por lo que pase. Es por eso que la comunicación
puede permitir o no que los adolescentes se inicien el consumo de cualquier
sustancia, incluyendo alcohol, sin que los padres se den por enterado de lo que
está sucediendo, porque como nunca hay nada que comunicar, los sujetos buscan
personas que los escuche y le hagan sentir que si le importa como persona.
La comunicación es el medio de los pares saber que
sienten los hijos, su estado emocional, sus deseos, lo que molesta o le hace
sentir bien. Es de ahí que se dice que la comunicación disfuncional puede
convertirse en factor de riesgo para el consumo de sustancia alcohólica.
2.6.5 Cuando la comunicación familiar se convierte en
factor a favor del consumo.
La
comunicación en cualquier ámbito debe ser fluida, clara y muy precisa. Cuando
la comunicación es tímida o mala, pone en riesgos a los miembros en etapa de
adolescencia, lo que no favorece la salud del funcionamiento familiar. La
comunicación familiar se convierte en factor de riesgo de consumo de alcohol en
los adolescentes cuando:
a)
No existe el intercambio de ideas. Solo habla el padre o la madre. Los demás deben
escuchar y nada más. Esto crea una rabia y cúmulo de tensión, que lleva los
demás miembros a buscar la forma de liberar toda esa tensión, buscando refugio
en amigos y compartiendo tragos.
b)
Los códigos no son entendibles. Quienes toman el control o papel de moderador deben
estar consiente que una conversación entendible, favorece la actitud de los
miembros del sistema. Por eso no se debe hablar en parábola, si no decir las
cosas claras. Como nada se le ha dicho en concreto, consumir alguna sustancias,
entre ella alcohol no esta prohibido.
c)
Comunicación negativa. Domínguez, L. (2008) citando a Bowen, dice que este
tipo de comunicación se da, “cuando la familia se juntan para resaltar las
cosas negativas”. Cuando se anuncia que hay una reunión familiar, todo el mundo
se comenta que habrá pasado ahora. Evitar que eso pase en los momentos solemne
de comunicación va a permitir que los hijos les pregunten por las consecuencia,
o por la edad, que los padres puedan comunicarle y hablarle de que su etapa de vida esta llena de elementos
de riesgos, como la invitación a ingerir cualquier sustancias como el alcohol,
que parece de moda o normal su uso, pero que al final sus resultados no son los
deseables.
d)
La conversación se convierte en elementos de
persecución. Los
padres que no permiten que los hijos expresen, lo que a su juicio ellos deben
cambiar. Si estos lo hacen, pueden crearle un sentimiento de persecución,
endureciendo las normas implícitas y demostrándoles que es el padre. Ya los
adolescentes prefieren no hablar, contarle sus cosas a sus amigos, quienes los
consuelan brindándole una copa de alcohol.
e)
No existen reglas ni limites familiares. Dúnker, J. (2007) plantea en su marco tridimensional,
que “las familias con padres personalidad tipo B (Vergüenza) corren el riesgo
de que los hijos de ambos sexo comiencen el consumo a partir de los 11 años,
edad en que comienza la adolescencia”. Este tipo de familia no tiene regla, no
tiene límites claros ni reglas definidas, o sea hasta donde puede llegar el
comportamiento de cada uno de los miembros. Es posible que los padres estén
acostados, mientras que los hijos adolescentes deambulen por las calles,
llegando a la casa después de la media noche y ellos ni se enteran. Las reglas
y límites en la familia facilita el sano funcionamiento del sistema y evita los
riesgos de conducta, entre ella el consumo de alcohol, que es una tentación
para los adolescentes.
f)
Las reglas no son conocidas. Las familias sin reglas conocidas, no tiene limite
tampoco, por eso, cuando la comunicación es funcional, existen menos riesgos de
que los adolescentes caigan en el consumo de alcohol. Los padres tienen como
reglas que todos deben estar en casa a una hora fija, pero nunca se lo
comunicaron a los miembros de la familia. Cuando no se conocen las reglas
familiares, no hay garantía de que los hijos actúen como debieran.
La familia
puede prevenir conducta no deseada en los miembros. La comunicación funcional
se caracteriza por el intercambio de impresiones, informaciones, o sea,
interacciones constante, para bien de todo el sistema. Cuando no se da de forma
funcional, pues los miembros del sistema corren el riesgo de salir a buscar a
otro lado, debido a que la comunicación es una necesidad, además, por la etapa,
los adolescentes necesitan hacer preguntas y recibir respuesta, así como
expresar los sentimientos, negativo o positivo, pero recibiendo siempre la
respuesta que necesitan y la explicación que buscan.
El proceso
socializador familiar es muy importante, y los padres,
tanto como los hermanos, son las principales influencias en la formación de un patrón de consumo de
alcohol. Es esencial la
comunicación entre padres e hijos: cómo prevenir y resolver problemas, cómo
intervenir, cómo fijar las normas, y cómo establecer normas claras de comportamiento. Igualmente ayuda la
comunicación entre padres, con otras familias, para comprender que se
encuentran en situaciones similares. Es necesario que los padres sean capaces de proporcionar información a sus hijos, de comunicarse con sus hijos y hablarle sobre el alcohol y sus consecuencias, pues necesitan conocimientos
suficientes que le ayude a decidir que no, cuando alguien se lo ofrece.
2.7 Comportamiento social de los adolescentes
consumidores de alcohol.
Pérez y Zapata (2008), dicen que
el comportamiento social “es el conjunto de pautas de conducta que organizan la
relación entre los individuos que conforman un grupo”. Es la manera
de proceder que tienen las personas en relación con su entorno o mundo de
estímulos que le rodea. El modo de actuación en su globalidad, con
respecto al medio en el que habita, existiendo una finalidad de carácter
adaptativo que le convierte en una de las claves esenciales del proceso evolutivo, al estar constantemente
sometido a la variación de los criterios selectivos y, por tanto, a los
selectores directos del cambio.
Las prácticas que se pasan de
generación en generación por décadas, pasando por un proceso evolutivo a nivel
cultural, son los que más influencia tienen en la realidad. Esto hace que en
estas prácticas culturales el comportamiento de una persona intervenga en el
comportamiento de otra persona que influye a la otra persona despertando el
deseo de imitar su accionar. Esto crea la misma estructura cultural que se
construye por los diferentes comportamientos de la sociedad.
2.7.1 Consumo de alcohol y comportamiento social del adolescente.
El consumo de alcohol durante
la adolescencia tiene muchos
riesgos en el comportamiento social. El primer trago lo hacen pensando que no
pasaran de ahí, y después de haberlo hecho, continúan con la misma idea, por lo
desagradable que le parece su sabor, pero, con el consumo frecuente, llegan ha
convertirse consumidores activos, ganándose la aprobación de los grupos de
iguales, pero perdiendo el respeto de la sociedad y causándole problemas al
sistema familiar.
Según Bautista, J. (2003) “el
comportamiento social de los adolescentes, cambian después de haber ingerido la
primera dosis de sustancia psicoactiva, porque le hace sentir que tiene una
edad mayor”. Emocionalmente se creen personas maduras, queriendo actuar como
tal. Dejan la escuela o casi no asisten, porque ven el trabajo como primordial
en el momento.
Bautista, J. (2003), hizo
un enfoque atinado acerca comportamiento social de los
adolescentes después del consumo de alcohol, clasificándolo de
la siguiente manera:
·
Estilo de
vestimenta. Todo consumidor adolescente, comenzó la práctica
inducido en un grupo social juvenil de su edad. La vestimenta es una forma de
mostrarle a sus amigos que ya están decidido a formar parte de su grupo.
Pantalones ancho o muy estrecho, tenis, tsher con imágenes rara, son
exhibiciones por parte de los adolescentes que han entrado al mundo del
alcohol.
·
Recortada.
Sus
amigos se recortan rarísimo y así lo hacen también. Por eso es imprescindible
la funcionalidad, reglas y límites familiares para evitar pasar por ese dolor.
·
Exhibición
en los lugares públicos. Es un orgullo para ellos cargar una botella de
alcohol visible, enviándole el mensaje a la sociedad de que ellos saben lo que
es alcoholizarse. No lo hacen tanto por placer, si no para que la sociedad sepa
que ellos están en eso.
·
Sexo a
temprana edad. Es otro de los comportamientos preocupante. El
individuo que inicia consumo de alcohol o sustancia en la adolescencia, también
esta en riesgo de iniciar relaciones sexuales a temprana edad. Los padres de
las adolescentes le permiten amores público a los 13 y 14 años de edad. Para
estos, como no son adultos y la etapa es de descubrimiento, el móvil de una
relación amorosa es llegar a la práctica sexual.
·
Comportamiento
agresivo. Como toda sustancia psicoactiva, el alcohol es un desinhibido. La
personas usan el alcohol con varias intenciones: armarse de valor, para
expresar lo que quieren o para sentirse bien y compartir socialmente. El
adolescente consumidor tiene problemas de disciplina desde la escuela hasta el
hogar. Mayormente son persona con baja autoestima, que no se le formó su
carácter adecuadamente y que no tienen sentido de pertenencia ni amor propio.
·
Dependencia
del alcohol. El alcohol es una sustancia adictiva que crea una
dependencia similar a la de las drogas. En el caso de los adolescentes el
riesgo es mucho mayor porque no tienen la voluntad de controlar la ingesta,
llevando a depender de él a cada momento. El hábito se hace tan fuerte, que en
muchos de los casos toman diario.
Persona inician su vida de trabajo a partir de los 13 ó 14 años,
aumentando el riesgo de dejar los estudios. El propósito es comprar ropa a la
moda, los aretes, tatuajes y los fines de semana pasarla bien tomando ron con
sus amigos.
·
Conducta de robos y venta de estupefacientes. Para conseguir dinero para el consumo inician robando
pequeñas cantidades de dinero a la familia y cuando ya se ha convertido en una
adicción lo que comenzó con una curiosidad, el robo se hace un habito, llegando
a preso en algún momento por atracos, robo en colmado, etc. O convirtiéndose en
distribuidores de estupefacientes para conseguir dinero fácil poder mantener el
vicio, que incluido consumo de alcohol.
·
Trastorno de la personalidad. Los adictos al consumo de alcohol presentan trastorno
de la personalidad esquizoide. Andan en la calle muchas veces semi desnudos,
con los zapatos en la mano, corriendo de calle en calle, duermen en los
parques, en las aceras. Son persona que han perdido el estado consiente, debido
a que el consumo de sustancia psicoactiva ha destruidos las neuronas
cerebrales.
El comportamiento social que asumen los
adolescentes después que comienzan a ingerir alcohol es poco aceptado por la
sociedad. Lo juzgan mal por la apariencia, pues la forma de vestimenta,
recortada y hasta el comportamiento violento que presentan hace que se
califique como delincuentes y aunque solo consuma alcohol, lo ubican dentro de
los que usan otro tipo de sustancia. Aunque para ellos es estar a la moda, esto
le dificulta insertarse al mundo laboral, por lo que mucho vagan por la calle y
al final, comenten actos delictivos, otro estilo de comportamiento desaprobado
por la sociedad y penado por la ley.
2.8 Métodos aplicados con los adolescentes para
prevenir el consumo de alcohol.
Para Martínez, M. (2003), “el consumo de
alcohol a edades tempranas representa un riesgo para el desarrollo de niños y
adolescentes, así como para sus familias y comunidades”. Existen situaciones y
condiciones que protegen a la familia contra el consumo de alcohol, incrementan
la resistencia y disminuyen el riesgo de uso. Por eso es importante ayudar a
hijos a evitar el consumo de éste, pues no solo afecta a la familia del
consumidor, si no que el barrio, la sociedad y todo el que lo conoce sale afectado.
Los padres de familia desean para sus
hijos una vida saludable, un desarrollo pleno. Sin embargo, en ocasiones se
presentan obstáculos que dificultan dicha meta, uno de ellos es el consumo de
alcohol. Por tal motivo, es necesario que como padre de familia se prepare para
llevar cabo conductas que le permitan prevenir el inicio en el consumo de esta
sustancia, por medio de fortalecer los factores que protegen a los miembros de
la familia y evitar los que promueven conductas no saludables.
Otero y Riaño (2011), creen que “el consumo de
alcohol ha aumentado entre los
adolescentes debido a la falta de conciencia de la población”. La falta
de responsabilidad de algunos comercios y la poca conciencia y percepción del
riesgo que tienen los individuos a esta edad, hacen que sea raro que un
adolescente no consuma o no haya bebido alcohol alguna vez. Los adolescentes de
trece años ya practican
habitualmente el botellón. La
inconsciencia y la ignorancia de los
riesgos que conlleva, provocan que esta práctica empiece cada vez a
edades más tempranas. La euforia, la facilidad de relación y la evasión son
algunos de los motivos que los jóvenes defienden para consumir bebidas
alcohólicas.
Lo que no
saben es que las consecuencias pueden ser nefastas: deterioro mental, dificultad
para pensar, fracaso escolar,
disminución de la fuerza física,
y enfermedades como la cirrosis
hepática, hipertensión o cardiopatías.
2.8.1 Método de prevención del consumo de alcohol en
adolescentes
Goris, D.
(2009), plantea que para prevenir el consumo de alcohol en los adolescentes,
“se hace necesario un programa de intervención, integrado por las diferentes
medios, que llegue a las población que se persigue”. Muchas veces los
adolescentes llegan al consumo, porque tuvo a nadie que le educara sobre el
mismo. Mientras la televisión y la radio están lleno de
comerciales que inducen a la celebración a través del consumo de alcohol, nadie
se preocupa por decirle a la población en esta edad, las consecuencias de
usarlo.
Goris, D.
(2009), haciendo un análisis acertado sobre los métodos preventivos de consumo
de alcohol, dice que los mismos deben fundamentarse en diversos medios que
lleguen a la población necesitada, por lo que establece que la mejor forma de
llegar a ellos es utilizando los siguientes medios:
- Establecer
campañas informativas por medio de folletos, trípticos, en forma oral, con
el fin de empezar a hacer consciente a la población de la problemática,
tratando de tocar puntos esenciales, tales como: qué es el alcoholismo, en
qué consiste, por qué se da, cuáles son los efectos que produce la
ingestión excesiva de alcohol, lugares a donde se puede acudir a solicitar
información, ayuda.
Se trata de elevar la conciencia del problema y
establecer mecanismos efectivos para modificar hábitos, conductas y actitudes
inadecuadas que consisten en educar para evitar que quienes no han consumido
drogas lo hagan.
- Implantar
programas educativos con el fin de empezar a prevenir el consumo de
alcohol en las futuras generaciones y buscar nuevas soluciones.
- Aplicación de estrategias Informativas: La
información constituye un eslabón más en la educación preventiva del uso
de alcohol. Pero para que la información influya en un comportamiento debe
englobarse en un proceso activo de aprendizaje, en el marco de un programa
integral de prevención.
Tratamiento adecuado de la imagen que se ofrece de los
adolescentes en las campañas, siendo conscientes de que una imagen de éstos es
más eficaz que la utilización de mensajes negativos o moralizantes.
- Asumir que
los medios de comunicación son también un ámbito para la educación, aunque
por el momento no estén desarrolladas todas sus posibilidades.
- Estrategias
Formativas: Se trata de una forma de intervención que se centra en la
formación integral del individuo con la intención de lograr que éste, por
decisión y control propio, prescinda libremente del uso de alcohol,
aumento del autoconocimiento, clarificación de valores y asunción de
responsabilidades.
- Generación
de alternativas: Normalmente el consumo de alcohol cumple una determinada
función para el individuo. Las alternativas sugeridas también debían ser
numerosas y diversas, abarcando el ámbito de lo físico, lo sensorial, lo
emocional, lo evolutivo, lo intelectual, lo social. Estas alternativas, es
aconsejable, que se centren en la identificación y generación de recursos
propios frente ala oferta externa.
- Campaña supervisada en contra de la venta a menores.
En la que se penalice a los establecimientos que vendan alcohol a este
segmento de la población.
Debe incluir un programa de intervención, además:
- Fomento de
la responsabilidad. Hay que educar a los adolescentes para que sean
responsables. Que entiendan y asuman los riesgos de determinadas
conductas.
- Reforzar
autoestima. Cuando los adolescentes tienen suficiente autoestima, es
decir, están seguros de sí mismos es mucho más improbable que necesiten
estímulos externos para sentirse bien o relacionarse socialmente.
- Implantar
normas. En algunos países, la permisividad hacia el consumo de alcohol,
incluso entre los adolescentes, es muy alta. Pero si se quiere que los hijos no corran
riesgos en este sentido, se debe imponer normas claras sobre la
prohibición de su consumo.
- Controlar las salidas. En la mayoría de los casos,
el consumo de alcohol entre los adolescentes se produce en los fines de
semana y durante los festivos y por las noches. Se pueden evitar algunas
de esas situaciones estableciendo una hora de vuelta a casa temprana.
Los métodos de prevención de la conducta de consumo de
alcohol en los adolescentes debe contar con el esfuerzo mancomunado de la
familia, la escuela, la sociedad e instituciones preocupadas por el futuro de
su barrio, del su pueblo y la sociedad. A través de los medios y los programas
que promueven el consumo del alcohol, también presente la campaña dirigida a la
prevención del consumo en los adolescentes que todavía no lo han probado. Todos los métodos
propuesto por el autor antes mencionado tienen su importancia, pero solo
surtirán efectos si se unen las personas que tienen influencia en la vida de
los adolescentes y sobre todo se tome como una responsabilidad de todos, porque
hoy le toca al hijo de un amigo, pero mañana puede ser un familiar cercano
quien viva la experiencia.
BIBLIOGRAFIA
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Domingo.
Aguirre, M. (2006). La adolescencia y el alcohol:
manual de prevención para los padres. Ediciones MaCGraw Hill. México.
Altarriba, F. (2008) Adolescentes y alcohol. Editora
Arcoiris. Colombia.
Bautista, J. (2003). Consumo de alcohol y prevención. Departamento de
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Argentina.
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D (2009) Intervención socioeducativa en el tratamiento de las adiciones.
Editora Paixas. Barcelona, España.
Marine,
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Centroamericana. Colombia.
Martínez,
M. (2003). Prevención de consumo de alcohol en adolescentes y familia.
Ediciones CEAC. Barcelona.
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J. (2007) Adolescentes: Ocio y consumo de alcohol. Editora CECASA. México.
Otero
y Riaño (2011) Adolescencia: etapa de sueños. Ediciones Universidad Estatal a Distancia. Costa Rica.
Richard,
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Santiago,
Álvarez Muñiz y Lomba (2006) La fuerza de la publicidad. Ediciones Texeiro. Brasil.
Toro, R.
(2009) Adolescencia y Alcohol. Editora Frapier. Venezuela
Vargas,
D. (2007) Adolescencia, Alcohol y educación.
Edit. Amigo del Hogar. Santo Domingo.
Ventura,
F. (2003). Diagnóstico de Psiquiatría. Ediciones Mac Graw Hill. México.
Vergé,
K. (2007) Psicología del Desarrollo: Infancia y adolescencia. Editora Vitaluz. Venezuela.
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